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La remolacha es un alimento ligero, pero rico en fibra, que podemos aprovechar de diversas maneras: en ensaladas, comidas e incluso licuados.

La remolacha (también conocida como betabel) es mucho más que un simple vegetal. En su corazón de intenso y atractivo color púrpura se encuentran varios antioxidantes y vitaminas que son muy beneficiosas para el organismo. La podemos consumir de diversas maneras, sola o acompañada de otros alimentos, como la manzana por ejemplo.

La remolacha, un alimento ligero y muy saludable

La Fundación Española de la Nutrición señala que se trata de un alimento con un alto contenido de agua y fibra, por lo tanto, es muy ligero. Contribuye con el buen tránsito intestinal y también puede ayudar a prevenir el estreñimiento cuando se consume con regularidad, como parte de una dieta equilibrada.

También es una fuente de potasio y folatos, que son sustancias que contribuyen con la salud de todo el organismo, incluyendo el hígado.

¿Cómo debo tomar remolacha para cuidar de mi hígado?

Se dice que para curar el hígado y purificar la sangre, lo ideal sería consumir la remolacha cruda con regularidad. Así pues, sería muy adecuado si la consumimos rallada, en ensaladas, y combinada, por ejemplo, con zanahorias.

Siempre que la preparemos de una forma saludable y la acompañemos por alimentos sanos, en proporciones moderadas y suficientes, podremos disfrutar de todos sus los aportes que puede brindarle al organismo. A continuación te proponemos la receta de un licuado muy fácil de elaborar.

Ingredientes

  • 1 manzana (verde o roja).
  • 1 vaso de agua (250 ml).
  • 2 zanahorias pequeñas.
  • 1 remolacha (betabel) mediana.

Preparación

  • Lavamos bien todos los ingredientes y los escurrimos.
  • Pelamos las zanahorias y las cortamos en cubos pequeños (o bien, rodajas finas).
  • Aparte cortamos la remolacha en cubos pequeños.
  • Extraemos el corazón a la manzana, desechamos las semillas y la cortamos en cubos también. No hace falta quitarles la piel.
  • Incorporamos todo en la licuadora, agregamos el agua y procesamos hasta obtener una mezcla homogénea.
  • Probamos y si lo deseamos, rectificamos la textura (más espesa, agregando más ingredientes, o menos espesa, agregando más agua).
  • Servir y disfrutar con moderación como parte de una comida, como el desayuno o la merienda a media mañana.